Algunas personas creen que lo que hago es osteopatía craneal pero la verdad no son lo mismo.

Existen dos ramas bien diferenciadas en el concepto craneal: la osteopatía craneal (llamada también Biomecánica Craneosacral) y la terapia Biodinámica Craneosacral. Aunque las dos son perfectamente válidas, el concepto es muy distinto.
La osteopatía craneal se trabaja bajo un enfoque más mecánico, movilizando suturas a fin de ser corregidas. En cambio, la terapia craneosacral biodinámica utiliza las fuerzas intrínsecas del cuerpo, para acompañarle allá donde él mismo ya está intentando llegar, respetando su propio ritmo y prioridades. La calidad del contacto manual es fundamental para el trabajo craneosacral biodinámico, la palpación es siempre muy suave y no directiva, nunca hay manipulaciones estructurales o reajustes de tipo mecánico. Hay unas palabras del filósofo y psicoterapeuta Eugene Gendlin que se aplican bastante bien a este enfoque terapéutico: “El proceso de la vida se organiza a sí mismo, tiene su propia dirección, por eso el cambio es autopropulsado. No requiere ser conducido desde afuera, ya que es intrínsecamente energético y dinámico. El cambio, como proceso, requiere facilitación y no dirección.”
No se requiere ser osteópata para ser terapeuta craneosacral ya que muy poco tiene que ver con la osteopatía clásica. Por ese mismo motivo, aunque todos los osteópatas por lo general han sido formados en osteopatía craneal, el enfoque biodinámico normalmente se considera como una formación a parte de posgrado.