
El animal humano está diseñado para experimentar, soportar y sobrevivir a los episodios traumáticos.
Sin esta habilidad, la especie humana se habría extinguido poco tiempo después de haber nacido. Esta habilidad natural para «dejar ir» y de resolver las reacciones post traumáticas está genéticamente codificada en nosotros para poder así completar un proceso y luego comenzar algo nuevo como parte de un ciclo de evolución continuo. Cuando un evento traumático ocurre, el individuo se siente abrumado y la experiencia parece ser insostenible.
Sin embargo, es justamente a causa de esta experiencia abrumadora que la persona es forzada a abandonar su antigua manera de pensar para ir hacia una nueva manera de ser en el mundo. Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King, Madre Teresa, todos ellos experimentaron el trauma y utilizaron sus penas y dolores para desarrollar una respuesta más moral y ética a sus circunstancias traumáticas. Sus vidas nos muestran que el proceso de recuperación del trauma contiene la posibilidad de ayudar al ser humano a desarrollar una especie más moral y ética.
Si pudiéramos repetir este proceso en ciento de miles de personas, podríamos utilizar este poder transformador inherente al proceso de recuperación del trauma para transformar los principios éticos y morales de igual número de personas… los traumas en masa tal vez sean el proceso a través del cual la especie humana está evolucionando hacia una especie más ética. Los sobrevivientes del tercer mundo tal vez sean los precursores de una moralidad necesaria para atemperar la tecnología del primer mundo. Estos sobrevivientes tal vez sean la evidencia de la evolución natural de la especie humana desde la Era de la Tecnología hacia la Era de la Sabiduría.

Sanar el Trauma – Peter A. Levine