Hatha Yoga es el conjunto de prácticas y disciplinas que permiten tener el control del cuerpo y las energías vitales.

Es una forma tradicional y totalmente integral que consiste en el desarrollo de la conciencia a través del cuerpo, sus funciones y energía. Sus métodos y técnicas favorecen las funciones corporales y ayudan a obtener un máximo provecho de todas las energías, armonizándolas, regulándolas e incrementándolas.

Ofrece un trabajo profundo para todos los niveles del ser humano: cuerpo, mente, conciencia y espíritu.


Para mi el Yoga tiene tres pilares importantes:

El primer pilar son los asanas, las posturas físicas gracias a las cuales los practicantes tomen conciencia de su cuerpo en el momento presente. Los asanas nos ofrecen una conexión muy íntima con nuestro estado físico; con una mirada de ecuanimidad se observan los varios movimientos de flexión, extensión, inclinación lateral, torsión y equilibrio.

El segundo pilar son los pranayamas, los ejercicios de respiración. “Prana” significa fuerza vital y “ayama” es ascensión, expansión y extensión. Pranayama es la expansión de la fuerza vital mediante el control en la respiración.

El tercer pilar es la meditación que estimula la autocuración, nos proporciona mayor consciencia y creatividad, estimula y refuerza las zonas del cerebro asignadas a la felicidad y la alegría, aumenta el cociente intelectual y estimula el sistema inmunológico, entre otras muchas ventajas.

En el Hatha Yoga se trabaja con el cuerpo, pero al mismo tiempo se trata de obtener no solo implicaciones fisiológicas, sino también psicológicas, de modo que el yogui aprende a relacionarse son su propio cuerpo, a conocerlo, experimentarlo y beneficiarlo.

Doy sesiones de yoga multinivel en centros de yoga, gimnasios, parques y playas. 

Trabajo también con empresas y hoteles que estan interesados en facilitar bienestar a sus trabajadores.

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Si tuviera que encontrar la origen de mi afición y dedicación al Yoga no puedo excluir el proceso desde su principio. Desde el 2013 estuve practicando deportes de contacto como Kick-boxing, Muay Thai y Boxeo. Tenia muchas inquietudes, inseguridades y falta de autoestima. En estos tiempos sentía que estos tipos de deportes me ayudaban a sacar la incomodidad de no percibirme verdaderamente encarnado en mi cuerpo.

En el gimnasio experimenté algún tipo de trabajo interior pero yo seguía sintiendo la necesidad de expresar con fuerza hacia fuera los contrastes que vivía dentro de mi.

Una lesión a la rodilla izquierda puso un punto a estas actividades que igualmente no me dejaban una sensación de paz y calma. Pocos meses después, a final del 2016 me apunté a mi primera clase de Yoga bajo las sugerencias de mi pareja que practicaba ya desde años. Venía de un mundo deportivo donde la competitividad y la superación eran esenciales y me pareció raro no tener que demostrar mis potencialidades en la clase de Yoga.

La fuerza, el sudor, la concentración y la aceptación eran presentes tanto en deportes de contacto como en el Yoga, pero en este último yo me sentía más completo, más en paz. Desde entonces empezó mi practica diaria llena de curiosidad y retos personales descubriendo este “mundo indio” tan lejano y al mismo tiempo tan cercano.

La observación del cuerpo en las posturas, con una mirada amorosa y sin juicio me dio, con el pasar de tiempo, una sensación de unión y seguridad. Aproveché y sigo aprovechando el proceso de sanación que me acompaña desde entonces. He aprendido a darme tiempo y respetarme tal como soy; he quitado algunas inquietudes desde los estantes de mi mente y las remplacé con buenas dosis de coraje. Quise seguir mi camino en la senda del yoga formándome como profesor de Hatha Yoga en julio 2018. En el curso estudié los Pranayamas, las Kriyas, diferentes técnicas de meditación y mejoré mi practica física. Profundicé mis conocimientos teóricos sobre la filosofía yoguica, anatomía y aprendí a llevar una clase con seguridad. Estudiando y integrando me encontré con más recursos para lanzarme y compartir la practica a nivel profesional.

    • Obtienes más fuerza en todo el cuerpo.

    • Aumenta la flexibilidad.

    • Mejora tu capacidad pulmonar.

    • Alivia el estrés.

    • Practicar a la mañana te llena de energía para el resto del día.

    • Practicar al acabar el día, nos ayuda a relajarnos para poder descansar bien.
      Así aprovechas más las horas que estás en la cama, en lugar de no conseguir conciliar el sueño.

    • Mejora la postura gracias a que tienes más fuerza en los músculos de la espalda.
      Así podrás mantener una posición saludable.

    • Se puede usar como tratamiento para mejorar tu salud física y emocional.

Hatha Yoga en Little Beach House – Barcelona